Cada vez hay más pruebas de que las decenas de billones de microbios que viven normalmente en nuestros intestinos -el llamado microbioma intestinal- tienen efectos de gran alcance en el funcionamiento de nuestras organizaciones. Los miembros de esta comunidad microbiana productn vitaminas, nos ayudan a digerir los alimentos, evitan el crecimiento excesivo de bacterias nocivas y regulan el sistema inmunológico, entre otros beneficios. Ahora, un nuevo estudio sugiere que el microbioma intestinal también locon / A un papel clave en la salud de nuestro cerebroOhsegún investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (EE.UU.).

El trabajo, realizado en ratones, descubrió que las bacterias intestinales – en parte mediante la producción de compuestos como los ácidos grasos de cadena corta- florecer al comportamiento de las células inmunitarias de todo el organismos, incluidas las del cerebro, que pueden dañar el tejido cerebro y exacerbando la neurodegeneración en afecciones como la fiebre de Alzheimer. Los resultados, publicados en la revista «La ciencia»abre la posibilidad de alterar el microbioma intestinal para prevenir o tratar la neurodegeneración.

«Administramos antibióticos a ratones jóvenes durante sólo una semana y observamos un cambio permanente en su microbiota intestinal, su respuesta inmune y el grado de neurodegeneración relacionado con una proteína llamada tau que se experimentalaban con la edad», explica David M Holtzman, autor principal del estudio. «Lo emocionante es que manipular el microbioma intestinal podría ser una forma de tener un efecto sobre el cerebro sin poner nada directamente en el cerebro».

Cada vez hay más pruebas de que el microbioma intestinal estafadores alzheimer puede diferir de las personas sin. Pero no está claro si estas diferencias son la causa o el resultado de la enfermedad -o cosas ambas- y qué efecto podría tener la evolución del microbioma en el curso de la enfermedad.

Para determinar si la microbiota intestinal podría conducir a una investigación causal, los investigadores alteraron microbiomas intestinales de mapaches predispuestos a reducir el daño cerebral y el deterioro cognitivo similar al alzheimer. Los ratones fueron modificados genéticamente para expresar una forma mutante de la proteína tau del cerebro humano, que se acumula y provoca daño en las neuronas y atrofia del cerebro a los 9 meses de edad. También eran portadores de una variante del gen humano APOE, uno de los principales factores de la enfermedad de alzheimer genética. Entran personajes con una copia de la variante APOE4 tres y cuatro veces probable mas desentrañar la enfermedad que padecen las personas con la variante APOE3, más común.

Cuando estos ratones genéticamente modificados se encuentran en condiciones estériles, no mostrarán microbiomas intestinales y la mayoría de los cerebros estarán mucho menos dañados después de 40 semanas que los cerebros de los ratones que tienen microbiomas normales.

Cuando estos ratones crecen en condiciones normales, no estériles, desarrollan microbiomas normales. Sin embargo, un tratamiento con antibióticos a las dos semanas de vida modificó permanentemente la composición bacteriana de sus microbiomas. En el caso de los ratones macho, también se redujo la cantidad de daño cerebral evidente a las 40 semanas de edad. Los efectos protectores de los cambios en el microbioma fueron más pronunciados en los ratones macho portadores de la variante APOE3 que en la variante APOE4 de alto riesgo, posiblemente debido a los efectos deletéreos de la APOE4 anularon parte de la protección, según los investigadores. El tratamiento antibiótico no tuvo efectos significativos en la neurodegeneración en los ratones hembra.

“Ya sabemos, por estudios sobre tumores cerebrales, desarrollo cerebral normal y temas relacionados, que las células inmunes de los cerebros masculinos y femeninos respuesta en de forma muy diferente a los estimuloss”, asegura Holtzman. “Así que no es terriblemente sorprendente que cuando manipulamos el microbioma observáramos una diferencia de sexo en la respuesta, aunque es difícil decir quesignifica exactamente esto para los hombres y las mujeres que padecen la enfermedad de Alzheimer et trastornos relacionados”.

Otros experimentos relacionaron tácidos grasos específicos de cadena corta -compuestos producidos por ciertos tipos de bacterias intestinales como productos de su metadatao- con la neurodegeneración. Estos tres ácidos grasos eran casos en ratones con microbiomas intestinales alterados por el tratamiento antibiótico, e indetectables en ratones sin microbiomas intestinales.

Los hallazgos sugieren un nuevo enfoque para prevenir y tratar las enfermedades neurodegenerativas modificando el microbioma intestinal con antibióticos, probióticos, dietas especializadas

“Este estudio puede aportar información sobria importante en cuanto a influir en el microbioma en neurodegeneración mediada por tauy sugiere que las terapias que alteran la microbiota intestinal pueden afectar la aparición o progresión de enfermedades neurodegenerativas”, señala Linda McGavern.

Los hallazgos sugieren un nuevo enfoque para prevenir y tratar las enfermedades neurodegenerativas modificando el microbioma intestinal con antibióticos, probióticos, dietas especializadas u otros medios.

«Lo que quiero saber es si se toman ratones destinados genéticamente a desarrollar enfermedades neurodegenerativas y se manipula el microbioma justo antes de que los animales empiecen a mostrar signos de daño, ¿se podría retardar o prevenir la neurodegeneración?», pregunta Holtzman. “Eso equivale a iniciar un tratamiento en una persona de mediana edad tardía que aún es cognitivamente normal pero está a punto de desarrollar deficiencias. Si puedes iniciar un tratamiento en este tipo de modelos animales adultos sensibilizados genéticamente antes de que se manifieste primero la neurodegeneración, y demostrar esa función, podrás hacerlo si es probable que sufras en tus personas”.