En la escena politica impacta una impredecible crisis de conducción, que es transversal porque afecta a las dos principales coaliciones que son el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. ahí también inédito, al menos en los últimos 40 años. Porque tan bien un fino del 2001 produjo un trance institucional con «que se vayan todos» que parecía reconfigurar el país, la presencia de un Eduardo Duhalde con un claro manejo del peronismo, y de Raúl Alfonsín con un abolengo indudable sobrio el radicalismo, hilvanó una transición con un fuerte apoyo político. Hoy los liderazgos están en retirada y por eso insiste al final del ciclo.

Cristina Kirchner anunció un paso al costado al decidir no ser candidato a nada en este 2023. Al margen de la fantasía de que la vicepresidenta pueda revertir esa decisión y finalmente mostrar post auto-operativo clamor, el razonamiento que nace desde un sector del propio kirchnerismo es: Si en el 2019 con ella no alcanzaba y por eso se «trago los sapos» con Sergio Massa y Alberto Fernández, al que puso como candidato, ¿Por qué alcanzaría ahora con ella solaluego de ser vicepresidenta de uno de los gobiernos menos eficientes desde 1983?




Máximo Kirchner.

El otro liderazgo que por momentos parece diluirse el de Mauricio Macri, cuya gestión seguirá en la sociedad que habia aherido al «cambio» una frustración solo comparable a la percibida por quienes apostaron en 1999 a que la Alianza de Fernando de la Rúa y Carlos El «Chacho» Álvarez se ha convertido en una superadora del menemismo. Al expresidente no le faltan condiciones ni base electoral para enfrentar con grandes oportunidades una interna. El problema radica en… ¿y después qué? Se entiende que un posible segundo mandato suyo no sólo implica una posible ruptura de Juntos por el Cambio, sino que en pocas horas aglutinaría en las calles al kirchnerismo ya los sectores de izquierda en su contra.

Para el consultor político Carlos Fara, el país está en una situación sin precedentes desde el regreso a la democracia porque la argentina lleva tres mandatos presidenciales –el último de Cristina Kirchner, el de Mauricio Macri y el actual de Alberto Fernández- que «terminan con saldo negativo, con el consiguiente grado de frustración social”. Yeso provocó que la sociedad sea testigo, quizás, de «la mayor falta de sintonía entre la ciudadanía y la política desde 1983».

En el oficialismo el problema es mayor porque la gestión de Gobierno no logra sustentar a ningún candidato. Sin la presencia de Cristina, una interna entre el Presidente y La Cámpora se desató que por primera vez el propio Fernández ha asumido como tal. En la Casa Rosada y en el peronismo no K entienden que el espacio que encabeza Máximo Kirchner está en su peor momento porque no tiene recambio, sigue dependiendo ciento por ciento de Cristina y tampoco tiene una construcción territorial que le permita, por ejemplo, ganarle Una Interne a los Intendentes Peronistas del Conurbano.

“Alberto se dio cuenta que podía discutir con La Cámpora y plantarse en las cosas que no le parecen. Se cansó un poco tarde”reanudar un funcionario albertista.

De ahí la disputa que planteó el mandatario con la mesa política. No sólo la convocó tarde y ampliada con gobernadores, intendentes, líderes de la CGT y de agrupaciones sociales, sino que la limitó tiene un ámbito de definición de la estrategia electoral, no de gestión.

Presidente Alberto Fernández.


Presidente Alberto Fernández.

La Cámpora reclama otra cosa. La lectura que hacen en el Instituto Patria es que, en última instancia, Alberto tenderá a negociar y discutir política para los distintos sectores de la FdT como ellos, la CGT, los movimientos sociales, los intendentes y los gobernadores quieren el esquema más competitivo que pueden armar, sin el. Considere que lo que el mandatario finge, en realidad, es discutir los lugares que el tocará conoció círculo político integrado por Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz, Gabriela Cerutti, entre otros. Porque de lo contrario, «se queda afuera» de las listas.

Máximo Kirchner quiere discutir cuál es el modelo, que le van a decer a la sociedad, y realizar los cambios que sean necesarios en el Ejecutivo. “Tenemos que saber qué es lo que queremos y hacia dónde vamos porque por ahora tenemos un primer ministro que está tapando baches. Hay muchas cosas para contar”se deslizan en el cristinismo.

Santiago Cafiero, lugarteniente del mandatario, mandó un claro mensaje este domingo a través de dos frases. “Y estoy trabajando para que el presidente reelija”, afirmó. Luego, no dejó dudas: «El mejor candidato del peronismo es Alberto Fernández».

Desde ahora, la agrupación qu’encabeza Máximo K. no hará mucho más, pero esperará a marzo. Si para ese entonces el Presidente no viene a discutir la gestión, «la foto sera de Merlo», dicen, en alusión a la reunión a la que concurrieron Sergio Massa, Máximo Kirchner, Eduardo Wado de Pedro, Axel Kicillof y Martín Insaurralde, entre otros, pero a la que no fue invitado Alberto. Significará una ruptura oficial de los que se abrazan a Cristina Kirchner con el albertismo.

El otro tema es quién será el candidato presidencial del kirchnerismo. En el entorno de Massa evalúan respaldos alternativos. La primera es abrir una oferta con varios candidatos a las PASO como lo hace la oposición. La segunda, define el trabajo complementarioo, es decir, una fórmula en función del tándem que vaya por Juntos por el Cambio. Y una strategia del FdT asociada a la gestión del Gobierno, en términos electorales.

En paralelo, y tal como lo describió Pablo de León es Clarínhay quienes plantan que Cristina Kirchner debería lanzar a la candidata presidencial de Wado de Pedro, el principal enemigo político de Alberto en el gabinete nacional.

Cerca del mandatario subrayan cierta contradicción. “¿Cuál es la lógica de por qué Alberto no puede ser candidato? ¿Porque el gobierno no es bueno entonces el presidente no puede ir a la elección? Sin embargo, sí pueden sus ministros. Evidentemente el gobierno no es tan malo, sino los precandidatos no serían el Jefe de Gabinete (Juan Manzur), el ministro del interior (Wado de Pedro) o el de economía (Massa).

Sergio Massa, Ministro de Economía.  Foto: Clarín


Sergio Massa, Ministro de Economía. Foto: Clarín

También se muestran impertérritos ante la exigencia cristinista de discutir las políticas de Gobierno. «Dedican el tiempo en señalar diferencias pero nunca trajeron alternativa. Todavía no sabemos que han hecho diferente, ¿las viviendas, las obras públicas, el IFE, el ATP, las vacunas? »

La señal es unívoca. Par ahora Alberto Fernández no va a definir sí irá o no por la reelección. Subyace la lógica de que si alberto es baja de la reeleccion ahora oa mas tardar en marzo, se convierte inmediatamente en ex presidente.

Aunque sus últimas expresiones tampoco ayudan a construir expectativas reeleccionistas. Como cuando se aseguró, días atrás, que «sólo China nos supera en crecimiento económico». Tal vez lo que no haya sea derrame y crezcan los beneficios y las partidas presupuestales sólo para algunos, mientras que para la class media y los trabajadores, en su mayoría en negro o precarizados, sólo hay decrecimiento de su poder adquisitivo.

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