Una de las razones por las que el VIH no puede éradicar en la mayoría de los casos y así curar la infección residente en los santuarios o reservorios del virus, escondites donde el VIH permanece dormido, pero, al mismo tiempo, activo. Hasta ahora pensó que estos reservorios se formaron con el tiempo, pero un trabajo publicado en “InmunidadDesvela que no es asi. Por primera vez en humanos, se ha demostrado que es en los primeros días de la infección cuando el HIV puede crear estos reservorios donde se ocultará y persistirá durante el tratamiento.

En un estudio dirigido por Nicolás Chomont, de la universidad de montreal (Canadá), los investigadores encontraron que una pequeña fracción del virus se integraba en el genoma de las células T CD4+ en las primeras semanas de la infección (la fase aguda), pero allí no se replicaba. Por lo tanto, escapar de la atención de la investigación de diagnóstico más rápido hasta el final, que detectar la replicación de la actividad viral. Las células T CD4+ son los objetos principales del VIH. Sus glóbulos blancos encargados de activar las defensas del cuerpo humano contra las infecciones.

«Con la ayuda de una técnica de análisis desarrollada en nuestro laboratorio, pudimos observar y contar las T infectadas por el virus en muestras humanas recolectadas en las primeras etapas de la infección», explica Chomont, autora principal del estudio. «Logramos detectar la presencia del virus a través de la secuenciación incluso cuando estaba oculta en células que no participaban en la replicación viral».

Para estudiar estas fases iniciales de propagación del virus, los investigadores tienen acceso a análisis de sangre y análisis de ganglios inguinales de 25 personas de la primera cohorte de infección aguda del Programa de Investigación del VIH de las Fuerzas Armadas de los EE. UU.

Esta cohorte ha comenzado hace más de 10 años en colaboración con el Centro de Investigación del SIDA de la Cruz Roja Tailandesa hay registrado un casi 800 voluntarios.

A través de este análisis técnico, los científicos registran las células T CD4+ infectadas con el virus durante la fase de aumento de la infección.

Dichas células infectadas aumentaron de 10 a 1000 por millón de células T CD4+ en menos de unos pocos días, donde la velocidad extrema con la que se propagó el VIH.

Esta es la primera vez que se describe con tanta precisión las primeras etapas de la infección en humanos

Asimismo, observamos que las características de las células Diana del VIH en las primeras semanas de la infección variaban rápidamente y diferían por estar ubicadas en la sangre o en los ganglios linfáticos.

“Por ejemplo, notamos que pocas Tfh (células T auxiliares foliculares) están infectadas por el virus durante la fase aguda de la infección -explica Chomont-. Debido a que tiene que jugar un papel crucial en la replicación viral, la comunidad científica pensó que eran los primeros en infectarse”.

Hasta ahora, este tipo de estudios se han llevado a cabo en modelos animales. Sin embargo, esta es la primera vez que se describe con tanta precisión las primeras etapas de la infección en humanos.

Gran parte de la investigación mundial dedicada a miEstudio de VIH enfocado en reactivar el virus que latente permanencia en los reservorios para neutralizarlo.

“En cuanto comienza la terapia antirretroviral, más se replica el virus y más limitamos el daño a los reservorios. Lo demostramos en 2020”, indica Chomont.

Sin embargo, porque es claro que la terapia antirretroviral precoz debe combinarse con otro tratamiento para obligar al virus a frotis de sus escondites, dice, “porque en el momento del diagnóstico ya se habrán establecido reservorios latentes en las personas infectadas por el VIH «.

En colaboración con científicos de EE.UU., este equipo está evaluando actualmente si este tipo de tratamiento administrado en la fase de infección evitaría agudamente el establecimiento de reservorios virales.

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