Sobre todo, no te pierdas nada. Intentad en lo posible ver la mano, el rostro, tal vez captar la mirada de este Papa que ha decidido venir a visitarles durante tres días, en la República Democrática del Congo (RDC). El fervor y la alegría se leían en los ojos y en los saludos encendidos de unas decenas de miles de personas que se habían congregado el martes 31 de enero en la avenida Lumumba, entre el aeropuerto y el palacio presidencial de Kinshasa, donde se encuentra el soberano pontífice.

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El jefe de la Iglesia católica era esperado en este convulso país, cuyos habitantes pensaban que su sufrimiento había sido olvidado, relegado a un segundo plano por guerras más recientes quizás, también más cercanas al mundo occidental. El Papa Francisco, que originalmente estaba programado para venir en julio de 2022, tuvo que posponer un viaje importante para él debido a su estado de salud. Los congoleños que esperaban la visita tuvieron que tomarse las molestias con paciencia.

Jorge Bergoglio, que el 17 de diciembre cumplió 86 años, lo volvió a decir en el avión: a él también le hubiera gustado ir a Goma, capital de un estado, Kivu, que desde hace varios años sufre disturbios especialmente mortíferos. El deterioro de la situación desde finales de 2022 le ha impedido acudir allí. No importa, el martes, el soberano pontífice disfrutó de un estimulante paseo en su papamóvil antes de ir al palacio presidencial. En el camino, la gente de Kinshasa se paraba en las terrazas y techos de los edificios, en los bloques de hormigón que separan los dos carriles, antes de correr hacia el convoy donde era posible.

“Dejen de asfixiar a África”

Una vez en el palacio, es además su » cerca « que aseguró François al pueblo de Kinshasa en particular y a los congoleños en general, durante un discurso pronunciado poco después de una breve reunión a puerta cerrada con el presidente Félix Tshisekedi. Él, que espera llamar la atención del mundo primero sobre la RDC y luego sobre el jovencísimo Sudán del Sur, independiente desde 2011 y víctima de una guerra civil desde hace más de una década, declaró “Ven en el nombre de Jesús como peregrino de reconciliación y paz”.

El Papa argentino lamentó con palabras bastante duras la situación del país que lucha por » para salvaguardar « su » dignidad « y «su integridad territorial frente a los despreciables intentos de fragmentación». Instó a los congoleños a tomar su destino en sus propias manos: “Ánimo, hermano y hermana congoleños. Levántate, toma de nuevo en tus manos tu dignidad, tu vocación de mantener en armonía y paz la casa que habitas”.

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