FAnte los nuevos desafíos sociales, climáticos y geopolíticos, Europa no tiene más remedio que reinventarse si quiere desempeñar un papel útil para sus habitantes y para el planeta. Es con este espíritu que una nueva organización, creada en 2022, se reunió el 1oh Junio, en Moldavia: la Comunidad Política Europea (CEP). La iniciativa merece mención.

Al reunir a 47 países, desde el Reino Unido hasta Ucrania, desde Noruega hasta Suiza o Serbia, el EPC nos recuerda que los contornos de la Unión Europea (UE) con 27 países no son fijos para siempre. Las discusiones y la cooperación cada vez más avanzada deben extenderse a todo el continente y más allá, aunque solo sea para afirmar y defender una base mínima de reglas y principios políticos comunes, que no es nada. Sin embargo, está bastante claro que la CPE incluye un espectro tan amplio de países que tendrá incluso más dificultades que la UE para tomar decisiones y reunir los recursos para avanzar e influir en la evolución del mundo.

Por eso es fundamental complementar esta arquitectura multicírculo con un núcleo duro formado por un pequeño número de países realmente dispuestos a ir más allá en la unión política. Para fijar ideas, este núcleo duro podría tomar un nombre: la Unión Parlamentaria Europea (UPE). L’UPE pourrait s’appuyer sur l’Assemblée parlementaire franco-allemande instituée en 2019 à l’occasion du renouvellement du traité bilatéral liant les deux pays, mais en l’ouvrant à tous les pays qui le désirent et en lui confiant de réels poder ; mientras que esta asamblea desempeña actualmente un papel puramente consultivo, que también puede considerarse como el comienzo de un período de rodaje.

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Idealmente, la UPE debería, desde su creación, incluir al menos a Francia, Alemania, Italia y España, que juntos representan más del 70% de la población y el producto interior bruto de la eurozona. Si esta solución no tiene éxito, la UPE también podría comenzar con dos o tres países. En última instancia, el objetivo es, por supuesto, convencer a los 27 países de la UE, o incluso a los 47 miembros de la CPE y más, para que se unan a este núcleo duro. Pero esto puede llevar muchos años, imprescindibles para que la UPE se demuestre a sí misma y demuestre a Europa y al mundo que es posible, en el 21mi siglo, para diseñar una nueva forma de unión social y federal, transnacional y democrática.

Afrontar los retos del futuro

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