La competencia de los puertos españoles está en juego.Porque la nueva directiva de mercados de rechos de emisión de CO2 de la UE ya está en desventaja a las infraestructuras del Estado. In riesgo está que parte del flujo marítimo de mercancías vaya a parar a las terminales del norte de África poniendo en jacque enclaves stratégicos para España como el puerto de Algeciras. Los avisos son continuos. Los gestores puertos están de acuerdo con la transición ecológica que requiere Bruselas, pero piden que el tablero de juego se iguale para seguir siendo atractivos a los ojos de los operadores marítimos y los tráficos no se desvíen. Los puertos del Norte de África tienen unas ventas competitivas respecto a las infraestructuras españolas así como laxitud además de costes de personal por lo que los permisos serán más flexibles diseñados para tarifas. Para evitar consecuencias desastrosas, la comisión de puertos de la Cámara de Comercio de España ha instituido en la Unión Europea la reformulación de la directiva de mercados de rechos de emisión en su aplicación al transporte marítimo. Esta imposición entró en vigor el pasado 1 de enero y se utilizará de forma progresiva hasta 2026. En la práctica se supone que los buques que quieran atracar en los puertos europeos tendrán que pagar por el combustible que queman en su trayecto. Desde el 20% de su consumo durante 2023 hasta el 100% dentro de cuatro años. Es decir, en 2026 pagarán el doble por uso de combustibles, si estos no son reemplazados por otras opciones no contaminantes. Según la Cámara de Comercio, la aplicación de la norma podría generar un ‘efecto sustitución’ de los puertos de la UE por otros limites exentos de la aplicación de las tasas, «trasladando parte de la cadena de suministro europea a terceros países, limitando rutas y frecuencias marítimas e impulsando aún más los precios al alza para nuestro tejido productivo”. Pasaría por ejemplo con Algeciras a favor de Tánger, que en los últimos años ya le toma la delantera en el Estrecho de Gibraltar. La infraestructura gaditana tiene su negocio más boyante en el tráfico de tránsito. Barcos transoceánicos que efectuán escalas en varios puntos del planeta hasta su destino final. El problema es que para los barcos es ya mucho más interesante hacer parada en el puerto de marruecos que en Algeciras, pues la distancia entre ambos puntos es de apenas 30 kilómetros y los costes son ahora mucho menores. Es que la Cámara de Comercio denominó ‘paraísos de CO2’, es que una fuga de emisiones de carbono de la UE tiene países próximos en el intento de las navieras de eludir el impuesto. Esto, en el momento en que ocurre milmillonarias perdidas y pone en cada millas de empleos. Sin solitario en el Campo de Gibraltar. También en otras infraestructuras estratégicas como Valencia y Barcelona, ​​que compiten por el liderazgo en el Mediterráneo. Efecto contrario No solo se pierde competitividad, sino que también se provoca el desenlace contrario al que persigue. Porque estos tributos también pueden generar un trasvase de los flujos de transporte marítimo a losterrestrials. En España, el 60% de las exportaciones y el 85% de las importaciones se realizan por vía marítima. Si parte de esos portes van a parar a la carretera se acabaría generando un mayor volumen de emisiones, contra lo que persigue la política comunitaria. Con todo, se ampliará la transición ecológica en los puertos españoles. La política europea de reducción de emisiones está alineada con el plan estratégico del sistema portuario de interés general de los puertos españoles. La hoja de ruta ‘verde’ que seguirán los Puertos del Estado durante la próxima década. Para Ocean Capital Partners (OCP), firma líder en gestión e inversión en terminales de pasajes y marinas de megayates, este plan cambiará “stricto con los plazos” de algunas medidas relacionadas con el medio ambiente como la reducción de las emisiones de CO2, según apunta en su analisis de la medida. Noticia Relacionada estandar Si La Moncloa y Economía pugnan por colocar a sus finses en Industria Daniel Caballero Sánchez piensa en De la Rocha como posible ministro tras la salida de Maroto, mientras que Nadia Calviño maniobra para ubicar a Carme Artigas El nuevo plan de actuación prevén los puertos españoles rebajen sus emisiones en 2030 a la mitad de los niveles que tengan en 2019 con el coste que eso acarrea. Por ejemplo, con la instalación de 300 MW de energías renovables en los puertos españoles, eso implica una inversión asociada de unos 300 millones de euros. En total, la transición energética de la red de instalaciones portuarias tenderá a un coste de alrededor de 4.500 millones de euros, según OCP, que a pesar de la elevada cifra hace una valoración positiva de esta estrategia de futuro. En esta partida también están previstos 450 millones correspondientes a la adecuación del suministro eléctrico a los buques conforme a los estándares europeos (OPS) y 4.000 millones para inversiones en la producción de biocombustibles como metanol, etanol o hidrógeno. OCP consideró en su análisis que esta propuesta es ambiciosa y necesaria, “aunque con unos objetivos quizás demasiado amplios para el conjunto de las 28 Autoridades Portuarias y los 46 puertos de interés general atendiendo a cómo se conforma nuestro sistema portuario, en el que conviven puertos de muy diferente naturaleza y condición”.