Un proyecto ambicioso con investigadores de CSIC desarrollará cápsulas biológicas que albergarán células CAR-T (células inmunitarias específicamente diseñadas para atacar moléculas expresadas en determinados subtipos de tumores) así como tratar de forma más efectiva y específica tumores sólidos. Como un caballo de Troya microscopico, estas capsulas o pildoras diminutas ocultas en su interior celulas antitumorales y podra asi invadir la zona cancerosa y acabar con las celulas malignas desde dentro del tumor.

La terapia con células CAR-T es ya de uso común en tratamientos oncológicos, pero su eficacia con tumores sólidos es muy baja. Para mejorar, las biocápsulas que desenvuelven este equipo científico favorecerán la implantación y diseminación localizada de las células CART-T en este tipo de tumor (o en la región intervenida de extirpación quirúrgica del tumor). Además, allowirán incluir dentro de ellos cócteles diferentes de moléculas que faciliten la actividad de estas células a largo plazo, así como la modificación del microambiente tumoral para que este receptivo a la acción antitumoral de las mismas.

«Con esta metodología queremos emplear la táctica del caballo de Troya: introducir en el tumor células CAR-T escondidas en una capsula protectora para que, una vez liberadas, cause en la destrucción de las células tumorales que las rodean de la forma más efectiva posible “, explica el investigador del CSIC Xosé Bustelo, uno de los investigadores principales del proyecto. “Para ello, añade, las biocápsulas utilizadasn cócteles de moléculas biológicas dirigidas a facilitar la acción de las células CAR-T liberadas dentro del tumor. Usando un símil bélico, es como poder bombardear à una zona de guerra tras haber inactivado las defensas antiéreas del tumor”.

La clave del proyecto es la de «designer los caballos de Troya que permiten mantener a los soldados que están dentro de ellos en plena forma hasta la batalla y facilitarles armas que permiten que estos soldados, una vez que salgan del caballo, sean lo más letales posible contra las células tumorales», añade José Rivas Rey, coordinador del proyecto y catedrático del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela.

«Como modelo de trabajo usaremos diversos subtipos de cáncer de mama, los cuales serán tratados con células CAR-T modificadas genéticamente para que reconozcan moléculas que se expresan de forma específica en cada uno de dichos subtipos», indica Sandra Hervás (CIMA), tercera investigadora principal del proyecto.

“En cualquier caso, lo importante es que los métodos optimizados en este proyecto servirán, con ligeras modificaciones, para otro tipo de tumores sólidos, independientemente de los que se originen en la mama u otros órganos”, añade.

Tras su optimización a nivel experimental utilizando modelos celulares y animales, esta nueva versión de inmunoterapia se probará en ensayos clínicos, tarea que estará a cargo de la empresa pública gallega de servicios sanitarios GALARIA. “Con este abordaje, queremos cerrar en el proyecto todo el ciclo que va desde la innovación en el laboratorio hasta la implementación práctica a nivel clínico de estas terapias”, señala una de las directoras de la compañía, Alicia Piñeiro.

Puntos tontos CAR-T

Uno de los métodos de inmunoterapia más efectivos en este momento es el uso de infocitos T genéticamente modificados (denominados científicamente como células CAR-T), que pueden reconocer moléculas expresadas específicamente en células tumorales y, de nuevo, promover la destrucción de estas células. Este tipo de tratamiento es ya de uso rutinario para pacientes con tumores derivados de células de la sangre.

Pesar a este éxito, estas terapias todavía distan de ser óptimas hoy en día debido a varios problemas: la dificultad de desentrañar células CAR-T eficaces frente a tumores sólidos, los más frecuentes en pacientes oncológicos; el hecho de que muchos tumores desarrollan un microambiente que es hostil a dichas células y que promueven su inactivación a corto plazo; una disminución en su efectividad a largo plazo debido a la diseminación de las células CAR-T inyectadas por todo el cuerpo de los pacientes y, finalmente, que algunas de estas terapias pueden tener efectos colaterales debido a que las moléculas que son reconocidas específicamente por las células CAR-T están presentes en algunos casos en células normales de nuestras organizaciones.

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