Eran menores, provenían de todas las regiones y de todas las categorías sociales, y sufrieron violencia sexual que a menudo ya está prescrita: en Portugal, una comisión independiente reveló que la «número mínimo» víctimas de violencia sexual dentro de la Iglesia católica portuguesa desde 1950 fue de 4.815 personas.

Esta comisión de seis expertos, que presentó su informe final el lunes 13 de febrero en Lisboa, escuchó más de 500 testimonios durante su trabajo de cerca de un año, lo que le permitió«llegar a una red mucho más grande de víctimas»según el coordinador de esta comisión de expertos, el psiquiatra infantil Pedro Strecht.

Este último, encargado a finales de 2021 por la Iglesia portuguesa de formar un equipo para medir el alcance del pedocrimen en su interior, precisó que la gran mayoría de los delitos denunciados ya estaban prescritos. “Ahora es difícil que todo siga igual con respecto a la violencia sexual contra menores en Portugal y la conciencia de su impacto traumático”afirmó ante la prensa y varios líderes eclesiásticos.

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Un «flagelo de la vida de la Iglesia»

La reacción del presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, el obispo de Leiria-Fátima, José Ornelas, se espera al final de la jornada del lunes 13 de febrero. Además, los obispos portugueses tienen previsto reunirse a principios de marzo para sacar las conclusiones del informe independiente y «erradicar en lo posible este flagelo de la vida de la Iglesia», dijo en enero el secretario de la conferencia episcopal, el padre Manuel Barbosa. En abril de 2022, el cardenal patriarca de Lisboa y máximo prelado de la Iglesia portuguesa, Manuel Clemente, dijo que estaba listo para «reconocer los errores del pasado» y para » pedir perdón « a las víctimas.

Ante los miles de casos de violencia sexual cometidos por sacerdotes que salen a la luz en todo el mundo y las acusaciones de encubrimiento por parte de miembros del clero, el Papa Francisco prometió en 2019 entregar un «Batalla Total» contra la pedofilia dentro de la Iglesia. Esto también se espera en la capital portuguesa para las Jornadas Mundiales de la Juventud, que tendrán lugar a principios de agosto.

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En varios países, incluidos Irlanda, Alemania, Australia y los Países Bajos, las iniciativas han tratado de tomar la medida de este fenómeno. En Francia, la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia Católica estima en un informe publicado en octubre de 2021 el número de adultos que sufrieron violencia sexual cuando eran menores por parte de un sacerdote, un diácono o un religioso en 216.000, cifra que se eleva a 330.000 si incluimos a las víctimas de los laicos vinculados a la Iglesia católica (supervisores escolares, por ejemplo).

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