El segundo parte de la reforma previsional que negocian los agentes sociales con el Gobierno cuenta con dos medidas basicas: la ampliación del periodo de años cotizados para el cómputo de la pensión y el destope de la base máximas de ligado al incremento progresivo de la pensión máxima de júbilo. Y se dice progresivo porque el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones propone que el aumento de la pensión procduzca un ritmo menor que el de las cotizaciones a satisfacer por parte de las rentas más altas.

En concreto, el Gobierno planteó una senda de subida de las cotizaciones del 30% entre 2025 y 2050mientras que el aumento de la pensión máxima en este período sería del 3%es decir, la envío de subida de la prestación es diez veces menor que la de la aportación a realizar a la Seguridad Social.

Como la medida resulta claramente contraria al principio de contributividad que rige el sistema de la Seguridad Social, el Gobierno ha previsto una segunda fase de subida más intensa para alcanzar una revalorización equivalente al 30% que creará la base máxima de cotización. esta Segunda etapa duraría quince años -finalizando en 2065- e implicaría que en estos tres lustros la performance máxima rise un 12,7%. Por lo que el aumento acumulado hasta ese 2065 sería del 16%.

Cabe recordar que el Ministerio capitaneado por José Luis Escrivá se ha preocupado de aclarar que esta subida será solo la correspondiente al proceso de parada que se fijó como una de las medidas a incluir en la reforma de las pensiones comunicada a la Comisión Europea como contrapartida a llegada de los fondos para la reconstrucción. Este comenzará al final de este período: comenzará en 2025 y terminará en 2050 para la máxima cotización y en 2065 para la pensión máxima.

Sin embargo, al mismo tiempo, el Gobierno aplicará una subida de las bases máximas de cotización y de la pensión máxima por el anticipo de la inflación. Es decir, a esos porcentajes de incremento que el Ejecutivo prevé por el destope se resumen del porche correspondiente al IPC. Una senda de aumento de cotización y pensiones que beberá de dos fuentes: el destope y el IPC.

Así aumentará la pensión: ejercicio con IPC del 2%

Aquí, el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social conformado por media docena de professors y catedráticos universitarios expertos en la materia, realizan un ejercicio práctico del impacto que tendrá sobre las cotizaciones y sobre la cuantía de la pensión máxima de la Seguridad Social la subida plantada, y aplicando una 2% CIP como porcentaje adicional a la subida prevista por la senda de stope.

El resultado: la pensión máxima aumentará en las próximas décadas hasta los 6.738 euros. Pasará de los actuales 3.059 euros mensuales a 9.797 euros mi en 2065. De este modo, la base máxima de cotización, que dar derecho a esas desorbitadas cuantía se situará en los 14.244 euros al mes -desde los 4.495 euros mensuales-.

En caso de la pensión máxima el grupo de expertos actuarios distinguido cuatro fases claras en el proceso. Con las subidas del 0,115% al ​​año anticipado en la primera fase, la pensión máxima tocara los 4.000 euros mensuales para el año 2030, mientras que diez años después, en torno al 2040 se legaría a la cifra de 5.000 euros anuales . Algo antes de 2050 se alcanzaría la cifra de los 6.000 euros (para ese año los expertos sitúan la cuantía bruta mensual en 6.458 euros). En una última fase, el aumento previsto del 12,7% en tres lustros la pensión crecería más rápidamente hasta llegar en 2065 a los 9,797 euros al mes.

Una brecha creciente

El mayor de los problemas que supone llegar a pensiones tan altas es si existe o no una correlación con el nivel de las aportaciones realizadas por esos sueldos elevados que generan derecho a estas cuantías. La respuesta es no. La medida plantada se mantuvo contribución a la Seguridad Social y obliga a las rentas a partir de 54.000 euros anules (base máxima real de cotización) a pagar más cada año mientras que su expectativa de pensión no obstaculice en la misma medida.

Este cariz confiscatorio de la propuesta queda reflejado en la brecha existente entre la base máxima de cotización y la pensión más alta a la que opta. Según los cálculos del grupo de investigadores, que también representa al Instituto de Actuarios Españoles, muestra como partimos de una diferencia y una considerable. Este año 2023, las rentas en base máxima de cotización (54.000 euros anuales) aportarán al sistema un 25% más de la suma de la pensión anual a la que como máximo tendrán derecho (42.829 euros anuales).

Sin embargo, la doble tasa de subida de las cotizaciones y la pensión -recordemos que se espera que la prima aumente en más de 20.250- hará que esta diferencia aumente al tope y un 30% antes de que finalice la presente década. Encienda el 40% en 2035 y solo 2042 aumente al 50%. Ya antes de 2050 tocará el 60% de diferencia entre lo aportado y lo recibido de pensión, mientras que entorno al 2052 se alcanza el pico de la brecha, cuando los sueldos de 10.500 euros brutos mensuales llegarán a cotizar por un 64% más que la pensión a los que tienen derecho.

Hay en la segunda fase de la subida de pensión máxima a mayor velocidad, la que prevé revalorizar la cantidad un 12,7% en quince años, y llegando la servicio hasta los mencionados 9,797 euros mensuales, la brecha se reducir en un 45%con un precio máximo de 14.244 euros.