Una de las fermedades better datadas de la historia de la humanidad es la lepra, o enfermedad de Hansen. Se trata de una infección bacteriana crónica que afecta a la piel, los nervios periféricos (magpies, piernas, brazos y manos) y las mucosas, producida por el bacilo Mycobacterium leprae.

Aunque se consideraba una dolencia preerradicada (menos de, 0,1 casos por 10.000 habitantes) en el primer mundo, aún hay muchos países en los que supone un problema de salud grave. Esto se debe principalmente a que su forma de contagio es por contacto directo y continuo con enfermos afectados.

«Es probable que los gérmenes ingresen al organismo hayan atravesado la nariz y, posiblemente, hayan atravesado heridas en la piel. Los gérmenes llegan al aire han atravesado la secreciones nasales de pacientes lepromatosos sin tratar”, explicando el servicio de enfermedades contagiosas del Departamento de Salud de Estados Unidos.

Aunque se trata de una crónica de fermentación, se puede tratar con medicamentos como la rifampicina, dapsona y clofaziminaque limita el impacto de sus síntomas.

Sintomas de la lepra

La enfermedad de Hansen afectó notablemente la piel de las manos, los pies y los nervios periféricos, además de mucosas como la nariz o la boca.

Los síntomas más visibles se presentan en forma de lesiones en la piel que suelen ensuciarse en forma de brotes bien definidos, normalmente con inflamación y enrojecimiento, hasta el punto de que llega a la descamación y supuración en los casos más graves.

  • Lesiones en la piel con hipo o hiperpigmentación (más claras o más oscuras que el tono normal) que no sanan después de varias semanas o meses

  • Dificultad para respirar por afectación en la mucosa del tracto respiratorio superior

  • Daño en los nervios periféricos, con pérdida de sensibilidad en la cara, manos, pies que puede llegar a ser definitivo

  • Afección ocular, hasta la ceguera completa en los casos más extremos

Al ser una fermedad que se transmite por fluidos caporales de la nariz y boca de aquellas personas en contacto frecuente con personas enfermas no tratadas, es viaal keeper una correcta higiene en las casas donde hay casos. Asimismo, organismos sanitarios oficiales específicos que son fundamentales para el diagnóstico y tratamiento precoz de las personas infectadas.

“En el caso de los contactos domésticos, se recomendará la realización de exámenes inmediatos y anuales al menos cinco años después del último contacto con una persona en fase infecciosa”, explican desde la Organización Mundial de la Salud.