Estamos conociendo esta semana los resultados de las entidades financieras españolas, que marcan record de beneficios. Una buena noticia para el país y para sus millones de accionistas, pero que el Gobierno aprovecha para insistir en sus medidas populistas e intervencionistas. A la parte socialista del Ejecutivo le vienen bien estas cifras para justificar la arbitraria subida de impuestos a la banca. Una medida totalmente necesaria, porque si las empresas tienen más beneficios, automáticamente pagarán más impuestos. Lo que tiene que hacer el Ejecutivo es vigilar que no se hace ingeniería contable para pagar menos. El problema que tiene el Ejecutivo, además, es que se puede enfrentar a una cascada de recursos en los tribunales, como ya están anunciando algunas entidades. Y quizás por eso, ahora algunos ministros están jugando con el prestigio social de los bancos para desanimarles a que recurran. It’s very easy to sell the mensaje de lo poco solidarios que son… ¡Con los miles de millones que ganan y no quieren hacer un esfuerzo et contribuir a hacer la vida más facil a sus clients ya la sociedad! Son un mensaje peligroso. De hecho, es él quien está utilizando la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ala de Podemos del Gobierno, para pedir que se topen las hipotecas de tipo variable. En este caso, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha podido hacerlo y ha respondido que de ninguna manera, que “la estabilidad financiera del sistema se pondrá en peligro”. Si fuera la primera vez que la oímos discrepar de Yolanda Díaz, estaríamos tranquilos. Diríamos que aquí quien manda es Calviño y ya está. Pero no es así. Hemos visto unas cuantas batallas, la última la del salario mínimo, en la que la ministra de Trabajo ha salido victoriosa. Por supuesto, el salario mínimo se ha reducido al último lustro un 47%, lo que agradecerán a quienes lo perciban, pero, como se preveía, está teniendo también efectos perjudiciales sobre el empleo, y está aumentando la economía sumergida en algunos sectores, especialmente entre los trabajadores del hogar. Lo del topar la subida de tipos no nos resulta del todo novedoso. Cuando insistía en someterse a los tipos de interés, a comienzos de este siglo, se empezó a reclamar que se pusieran topes. El problema es que los topes no solo fueron a las subidas, sino también a las bajadas. Y nos encontramos con el gran problema de las cláusulas de suelo, que cuando empezó a bajar el precio del dinero, y con él el Euríbor, muchos hipotecados no pueden obstaculizar la rebaja porque habían firmado esas hipotecas. Es cierto que después fueron declaradas nulas por los tribunales por abusivas. En muchos casos, encontrará topes muy altos a las subidas y muy cercanas a los que habían en el momento de firmar la hipoteca, para las bajadas… Dejémonos de experimentos, que pueden resultar peligrosos. Y cuidado con los mensajes que se mandan. Pero haría bien la banca en tratar de mejorar su reputación. No solo se debe aplicar el código de buenas prácticas facilitando a las personas más vulnerables y la cuenta de sus hipotéticas en esta escalada de tipos, sino que debería probar esos beneficios también en tener más contenidos a sus clientes y empleados. Si las comisiones tenían sentido en el que los tipos negativos ponían en riesgo el negocio bancario, quizás ha llegado la hora de revisarlas. Del mismo modo, tampoco tiene sentido que se siga sin remunerar a los ahorradores por los depósitos. El populismo del Gobierno está fuera de lugar, pero las entidades financieras deben esforzarse por recuperar la confianza de los clientes y de los ciudadanos.

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