La verdad amarga de los edulcorantes y azúcar natural

La verdad amarga de los edulcorantes y azúcar natural

Los edulcorantes artificiales se utilizan en muchos alimentos y bebidas para reducir la ingesta de azúcar y calorías. Se recomienda un menú como alternativa al azúcar a personas con fermedades metabólicas, como diabetes y cardiopatías. Los organismos reguladores suelen considerarlos seguros, pero apenas se han investigado sus efectos a largo plazo sobre la salud.

María Carretero, estudiante de doctorado en nutrición y Directora del Grado en Nutrición Humana allá dietético de la universidad francisco de vitoria, explica que “todos los edulcorantes autorizados por la Unión Europea son seguros. La Comisión Técnica de Aditivos y Aromas Alimentarios de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha establecido una serie de procedimientos que establecen una estricta regulación del uso de los aditivos alimentarios que se comercializan solos o como ingredientes de productos alimenticios, evaluando y garantizando la seguridad y la seguridad de los consumidores”.

Para Andrea Calderón, Catedrática de Dietética de la universidad europea«En general, todos los edulcorantes podrían medirse en el mismo saco un día de hoy, ya que ninguno ha mostrado ser mejorado para la salud en el sentido de aportar un efecto positivo por consumirlo, pero tampoco han mostrado un claro perjuicio. Su consumo sensato , ocasional, es seguro en todos los casos Ha habido épocas en los que se destacaba la stevia como mejor opción, otras en las que el eritritol. En el momento pasado, la sacarina se vistió erróneamente como posible cancerosa, y después del aspartamo, inventándose refresca sin este edulcorante como “versión mejorada”, que de nuevo no era así. A largo plazo no se conoce bien los efectos de apenas ninguno de ellos, pero sí se consume puntualmente y no se compra todo producto con posibilidad de endulzarse, lleno de edulcorante, no habrá problema”.

Carretero añade que “todos los edulcorantes artificiales se sintetizan en laboratorios a distintos compuestos químicos. Algunos ejemplos de edulcorantes artificiales son la sacarina (E-954), el ciclamato monosódico (E-952), el aspartamo o el acesulfamo-K (E-950). Estos edulcorantes son acalóricos, es decir, no aportan energía, y tienen un poder edulcorante muy superior al azúcar de mesa. Por este motivo se necesita una menor cantidad de edulcorante que de azúcar para endulzar un alimento o bebida. Por ejemplo, la sacarina es 300 veces más dulce que el azúcar”.

Según Calderón, “no existe ningún peligro en el consumo ocasional de edulcorantes sea cual sea. Lo que no se recomienda es consumirlos diariamente en todo: yogur edulcorado, batidos de chocolate edulcorados, galletas y bollos edulcorados, refrescos edulcorados. Nuestro creemos que al leer “Sin Azúcar” ya son buenas alternativas, y no son versiones mejoradas, conviene reducir el consumo de este tipo de productos ya sean azucarados o endulzados. Dicho esto, aunque a largo plazo no conocemos en profundidad los efectos de los edulcorantes, hay muchos mitos a su alrededor sobre riesgo de cáncer, cardiovascular… que no tienen base sólida. No son un peligro, pero tampoco recomiendo consumirlos a diario».

La alternativa más segura al azúcar

Según la doctora Carretero, «la alternativa al azúcar más segura nutricionemente pasa por reducir la al sabor dulce, tanto si viene motivado por la presencia de azúcares naturales o por edulcorantes».

De la misma manera piensa Andrea Calderón. “La primera alternativa para mí, sería que poco a poco reduzcamos la necesidad de añadir azúcar al paladar al sabor: en vez de un azucarillo entero, medio, y luego un poco menos, dicho esto, para la transición edulcorantes como los polialcoholes ( eritritol entre ellos, pesa sobre la polémica actual), o Stevia por ejemplo, su alternativa buenas. Aunque la mejor opción siempre va a ser natural: fruta cortada, canela, cacao puro… que den un toque dulce”.

Mejor ¿miel o panela?

María Carretero afirmó que «el consumidor no puede caer en la trampa o en la autocomplacencia de recurrir a productos que se presentan como sustitutos del azúcar bajo una pariencia más «natural» y la promesa de ser más saludables».

Y añade que “desde el punto de vista de la salud y sus consecuencias metabólicas, estos sustitutos del azúcar blanco (refinado) son un engaño, sin rodeos. Miel, el azúcar moreno integral (no refinado), panela en bloque o granulada (edulcorante natural procedente del jugo de la caña de azúcar), los jarabes o los jarabes de cualquier procedencia siguen siendo azúcar con todas sus letras, pues sus ingredientes principales son el azúcar y su presencia no baja del 70% en el mejor de los casos”.

En este sentido, Andrea Calderón afirmó que “los azúcares son todos iguales. El azúcar común o blanco is a simple azúcar refinado llamado: sacarosa. El azúcar moreno, la panela, azúcar de caña integral… son (sacarosa de nuevo), pero sin refinar, por eso conservan la melaza y tienen ese color marrón. Pero también es 99% azúcar, y esa melaza no aporta nutrientes como se suele decir porque además la consumimos en cantidad de microgramos. O sea que nos da igual uno que otro, elegiría más por el sabor que por nutrición. Y la miel es azúcar de nuevo: sacarosa, fructosa, glucosa… en agua”.

Es decir, añade, “su consumo es una alta fuente de azúcar, como un 75-85% del total, por tanto, es azúcar en otra versión. Esto no significa que consumir de vez en cuando miel cruda o natural sea perjudicial, sino que quitar el azúcar y endulzar todo con miel tampoco es la solución”. A lo que añade otros como el dátil o pasta de dátiles. Es azúcar naturalmente presente en el dátil, es una alternativa saludable, rica en otros nutrientes como vitaminas o fibra. Es una buena opción, rica en azúcares saludables, pero en una matriz más. Igualmente, no es para consumir a diario a cambio del azúcar, porque ningún endulzante debería tomarse cada día».

Sober el Eritrol, el edulcorante de moda

El eritritol está identificado como E-968 en la legislación de la Unión Europea (UE) y pertenece a la familia de polioles. Occurs de forma natural y se encuentra en niveles bajos en frutas y verduras, como la pera, el melón, la uva, el champiñón y la sandía. También se encuentran en alimentos fermentados como el vino, queso, salsa de soya y cerveza. Se añade en niveles más altos a los alimentos procesados, como los chicles sin azúcar, dulces o aquellos alimentos clasificados como ‘light’ también lo tienen.

Porque el eritritol no se metaboliza bien en el cuerpo. El cuerpo humano crea cantidades bajas de eritritol de forma natural, por lo que cualquier consumo adicional puede acumularse.

El estudio publicado en «Medicina natural» se confirmó que el Eritritol puede estar relacionado con la aparición de enfermedades cardiovasculares. Los profesionales coinciden que el artículo no es causa de alarma, pero debe de consumirse en pequeñas cantidades y no usualmente. Según Andrea Calderón, «este caso ese estudio observacional no puede concluir qu’uno sea causa de otro, por lo que no hay ningún riesgo en consumir eritritol».

Para la doctora María Carretero «sus necesarios más estudios para conocer mejor los efectos a largo plazo y en temas sin derivados»

El veredicto

«El mejor consejo nutricional es reeducar paladar nuestro reducir progresivamente nuestra exposición al sabor dulce, del mismo modo que una persona con hipertensión arterial tiene por delante el reto de acostumbrarse a comer con menos cantidad de sal. Con este propósito de salud, no sólo reduce un factor importante de riesgo para el desarrollo de enfermedades, sino que además apreciaremos el sabor real de los alimentos”, opinó Carretero.

Con este propósito, los nutricionistas aconsejan cuidar al máximo el momento de introducir nuevos alimentos en la estapa infantil y decerlos de la forma más natural posible, es decir, sin añadir edulcorantes (naturales o artificiales), sal o especias de sabor intenso, con el objectivo de educar el paladar y afianzar la memoria gustativa del niño desde el primer momento”.

El mejor consejo nutricional es reeducar paladar nuestro reducir progresivamente nuestra exposición al sabor dulce

Para el sentido del gusto a la reducción del sabor dulce se puede recurrir a especias como la vainilla o la canela para endulzar el café, el agua aromatizada o las infusiones, que serán siempre unas bebidas de elección frente a los refrescos azucarados, o incluso use frutas maduras o deshidratadas como la calabaza, el higo o el platano para aportar sabor dulce a las recetas de repostería, verduras como la zanahoria y el calabacín, o frutos secos como el pistacho, las castañas o las almendras”.

Calderón, por su parte, cree que para reducir el riesgo de padecer estos efectos no deseados, “el principal consejo es limitar su uso, para lo cual debemos fijarnos en el etiquetado de los productos. En ocasiones observando indicaciones como «fuente de fenilalanina» en el caso del aspartamo (éste se décomone en fenilalanina y ácido aspártico cuando el organismo lo metaboliza), o «el consumo excesivo puede producir efectos laxantes» en el caso de los polioles (sorbitol, manitol, xilitol, eritritol, etc.). Estos últimos pueden extraerse de frutas o verduras o sintetizarse artificialmente a partir de azúcares naturales”.

By Andrés Herrera Castro