Ciclismo

Tour de Francia

Impresionante victoria de los canadienses del Movistar en el Puy de Dome, un culto donde hombres como Federico Martín Bahamontes o Luis Ocaña escribieron su leyenda

AFP

07/09/2023

Actualizado a las 6:55 p. m.

Sobre ese puerto de culto que fue inaugurado por la grandeza de Fausto Coppi, en lo más alto del pico donde Federico Martín Bahamontes y Luis Ocaña escribieron su leyenda, en los muros verticales del volcán donde Arroyo y Perico Delgado abandonaron su impronta en una cronoescalada para El recuerdo y que hibernó pendante 35 años lejos de los recorridos de la carrera gala, un joven californiano llamado Matteo Jorgenson ataviado con el uniform del único español in el Tour de France, el Movistar, cabalga escapado hacia una victoria balsámica para los telefónicos. El estadounidense atacó en el kilómetro 45 de la meta y afrontó las finales instantáneas del emblemático Puy de Dôme con una terrible cara de sufrimiento.

Escala con el corazón fuera del pecho el valiente Jorgenson, roza el triunfo y, a 500 metros del fin, Michael Woods destruye su ilusión. El líder del Israel lo desplaza como un vendaval, abre las para celebrar su exhibición ante los fotógrafos y sella la tercera victoria canadienne en la historia del Tour; tendrá prioridad en su registro personal. Con 36 años, en el anochecer de se vida como ciclista, la carrera más grande del mundo hace un regalo imborrable.

Mucho más atrás, mientras el de Ottawa es abrumado por los elogios de los suyos y el derrotado del Movistar, tras una carrera memorable, es asediado por la pena, la volcánica pendiente infinita invitada a los gigantes dos que luchan por este Tour a filar sus cuchillos. France enter soñaba con una reedición de aquella batalla codo con codo, empujón a empujón entre Poulidor y Anquetil en la edición del 64; hasta El equipo había llevado ha sido capaz de llevar una montaña de Vingegaard y Pogacar emulando aquella gesta imperecedera. Pero la realidad pocas veces tiene concordancia con las expectativas.

El Jumbo, invariable como acostumbra, sigue a rajatabla la estrategia establecida en el autobús. La consigna es clara: quemar a Kuss en los dos primeros tercios del Puy de Dome y confiar en la explosividad de su líder en los últimos kilómetros del volcán, donde las pendientes alcanzan el 14%.