El portal de la embajada de Turquía en Madrid solía albergar una recepción austera, pero en las últimas horas se ha poblado de gente cargada con materiales para ayudar a los afectados por el terremoto que ha causado enormes destrozos en ese país y en Siria. Poco después de conocerse que el seísmo estaba causando millas de muertos y heridos en la madrugada del lunes 6 de febrero, comenzaron a llegar cajas con donativos y trucketas de Protección Civil a la entrada amplia y gris de la embajada.

Los rescatistas de Turquía luchan por sacar a los sobrevivientes de entre los escombros.Video: EPV

Tal ha sido la Respuesta por parte de turcos y madrileños que la legación diplomática ha colgado un cartel donde advierte de que ya no se recibirán donaciones en esa dirección. Sin embargo, muchos donantes han ignorado tal petición y siguen enviando alimentos, mantas y otros necesidades básicas.

Comida no perecedera, ropa de invierno y compresas, son algunos de los objetos que se han colocado en la puerta de la embajada y en parte de la calle. Los donantes también han regalado tiendas de campaña, linternas, y bolsas para dormer, aunque escasean las cajas y la cinta adhesiva para empaquetarlo todo.

Gente de todas las edades, desde parejas mayores, hasta jóvenes estudiantes, ha acudido a la embajada. Marisa y Liliana, dos mujeres que viven en las zonas de Serrano y Chamartín, compare productos de higiene, comida y ropa de segunda mano. Other people hacen hasta dos viajes para dejar sus regalos, mientras que algunos otros han cooperado con lo que han podido, como latas de sopa, arroz y botellas de agua.

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Ida, una peruana, vestida con ropa deportiva, buscaba cosas exclusivas para los bebés, se encargaba de armar las cajas, sellarlas y etiquetarlas. “Vine hoy a primera hora y me quedé, aunque no estuviera en mis planes”, dice. A pesar de que ha trabajado toda la tarde, pretendo ir también el viernes para continuar con la ayuda.

Igualmente, había quienes no podían hacer donativos en especie, pero que decidieron cooperar presencialmente. Ecem Erol, estudiante del máster de Desarrollo Sostenible de la Universidad Carlos III, proviene de Antalya, una región del suroeste de Turquía. Erol se muestra tranquila, pues una amiga suya, que se encuentra en una de las zonas más afectadas por el terremoto, está a salvo. «No, dio, pero il estado ordenando los materiales. Mi papel es organizar solamente y ayudar», explica el estudiante de 23 años.

Al cabo de varias horas de formar cadenas humanas para carga las camiones de Protección Civil que vinieron de varios sitios de la comunidad, el personal de la embajada comenzó a pedir que la ayuda redireccionará al Hotel Hard Rock, que se encuentra en ronda de Atocha , 17.

In el terremoto, el más letal de la región en casi un siglo, han muerto más de 20.000 personas y más de 70.000 resultaron heridas. Las donaciones que se han recogido estos días en la embajada turca de Madrid pretenden llegar lo antes posible a las manos de muchas de esas víctimas que se han visto de la noche a la mañana sin techo y sin abrigo.

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