Repsol, TotalEnergies, Shell, Equinor y Galp remitieron a la Corte la decisión de registrar una pérdida del 9,2% en las exportaciones de crudo.

La sorpresiva creación de un impuesto sobrio despertó la exportación de crudo en Brasil un conflicto entre Gobernador Lula da Silva allá las petroleras extranjeras que operan en el país y desconfianza en el mercado, a poco de cumplirse los primeros 100 días de gestión del líder del PT.

Repsol, TotalEnergies, Shell, Equinor y Galp accionaron la justicia luego de que el gobierno decidirá en las finales de febrero fijar un nuevo impuesto del 9,2% sobre las exportaciones de petróleo.

El arancel, con valide entre marzo y junio, fue anunciado el mismo día en que el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, anunció la reanudación parcial del cobro de impuestos federales sobre la nafta y el diesel, suspendida por el anterior gobierno de Jair Bolsonaro en período electoral completo.




El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Foto: AFP

Tendremos la oportunidad de atraer interesados ​​en refinamiento interno«de crudo, dijo el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, al defensor del arancel sobre las petroleras.

Brasil es el nuevo productor mundial de crudocon un promedio de 3,02 millones de barriles diarios.

Un escenario económico distinto para Lula

En el poder desde enero, Lula promover el aumento del gasto publico for financial exitosas políticas sociales as las que marcaron sus mandatos anteriores (2003-2010), que le permitieron sobre todo sacar a 30 millones de brasileños de la pobreza.

Pero la realidad economica dista de la bonanza de entonces granjeada por el «boom» de las primeras materias. La previsión de crecimiento para 2023 es endeble (+0,88), mientras que las tasas de interés se sitúan entre las más altas del mundo (13,75%).

A falta de recursos, el gobierno «buscó la solución más fácil, que le permite pelearse con menos actores», dijo la economista Juliana Inhasz, profesora de Economía del Insper.

Una estación de servicio en Río de Janeiro.  Un nuevo impuesto produjo tensión entre el gobierno de Lula y las petroleras extranjeras.  Foto: REUTERS


Una estación de servicio en Río de Janeiro. Un nuevo impuesto produjo tensión entre el gobierno de Lula y las petroleras extranjeras. Foto: REUTERS

Es una decisión «más política que económica» porque de esta forma el gobierno evita hacer pagar más caro los combustibles a los brasileños, explicó a la AFP.

Balance fiscal

Con esta decisión, el gobierno encontró una forma para compensar los 6,600 millones de reales –cerca de 1,250 millones de dólares– cedidos en la recaudación de impuestos federales y asegurar «equilibrio fiscal mayor»segunda hacienda.

Pero las señales que el gobierno de Lula envió al mercado y al sector petrolero, responsable del 15% del PBI industrial de la mayor economía de América Latina, encendieron algunas alarmado

La Asociación Brasileña de Exploración y Producción, vinculada al Instituto Brasileño de Petróleo y Gas (IBP), presentó el martes pasado en representación de las petroleras una acción de inconstitucionalidad contra la medida ante el Supremo Tribunal Federal para impedir el cobro.

«El tributo tiene un potencial efecto negativo en la recaudación de impuestos y en la generación de empleos», en una industria que emplea a 450.000 personas, dijo el IPB.

Shell Brasil mostró por su parte «preocupada» por la medida anunciada «sin diálogo significativo», y que trae «incertidumbre sobre nuevas decisiones en inversiones», dijo la compañía en un comunicado enviado a la AFP.

Una planta de petróleo en el Bahí de Guanabara, en Río de Janeiro.  Foto: AFP


Una planta de petróleo en el Bahí de Guanabara, en Río de Janeiro. Foto: AFP

Los exportadores están sentados además perjudicadas por una decisión que considera una «quiebra de contrato» respecto a cuando deciden invertir en el país.

Los impuestos redujeron el margen de lucro de las compañías y podrían desincentivar las inversionestornando menos atractivo producir en Brasil, explicado por Lívio Ribeiro, investigador del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (Ibre-FGV).

El impuesto transmite «inseguridad» al mercado, más allá del sector del crudo, dijo.

«Se abrió sin precedentes. Es posible que en las próximas subastas del sector petrolero ou en otras industrias los agentes commeiencen a poner a un riesgo de que las reglas sean alteradas», explicó Ribeiro.

«Una idea terrible», tituló el diario el globo en un destinatario editorial. Este tipo de medidas «tienen un aire de Robin Hood, que redistribuye el dinero de los ricos a los pobres. Pero invariablemente visto contraproductentes«.

Fuente: AFP

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