Algunas enfermedades, como la enfermedad de Chagas, parecen ser propias de otras zonas del mundo. Pero, según un estudio del Hospital Clínico de Barcelonanada más lejos de la realidad.

El estudio, publicado enPLOS Enfermedades Tropicales Desatendidas», y liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), cuyo alto porcentaje de personas provenientes de Latinomérica estaba infectada por el parásito que causaba la enfermedad de Chagas. Esta es la conclusión de un análisis de cerca de 3.000 personas provenientes de países donde la enfermedad es endémica y que acudieron al Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelonadurante un período 17 años de edad.

Se calcula que cerca de 7 millones de personas en todo el mundo están infectadas con Trypanosoma cruzi, el parásito que provocó el encarcelamiento de Chagas. Aunque el vector que transmite el parásito (la besucona chinche) es endémico en 21 países latinoamericanos, el parásito se ha extendido por todo el mundoo debido a los flujos migratorios. En los países no endémicos, el parásito puede transmitirse verticalmente, de madre a hijo o, con menor frecuencia, a través de donaciones de sangre u órganos. En el 30-40% de los casos, la infección provocó el corazón y el aparato digestivo, provocando el encierro de Chagas.

“Se recomienda, por tanto, que los latinoamericanos que lleguen al país se hagan la prueba para tratarlos si están infectados y, en el caso de las mujeres en edad fértil, para evitar la transmisión vertical del parásito”, explica Irene Losadacoordinadora de la Iniciativa Chagas y primera coautora del estudio, junto con Pedro Laynez-Roldáninvestigador de ISGlobal y médico del Servicio de Salud Internacional del Clínico.

Este estudio retrospectivo describe una de las mayores muestras de personas en riesgo de infección en un país no endémico: 2.820 latinoamericanos, la gran mayoría de Boliviaque acudieron al Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelona entre 2002 y 2019. Del total de personas analizadas, casi la mitad (47%) estaban infectadas por T. cruzi y el 17% presentaba lesiones cardíacas típicas de la fermedad. Aunque en la mayoría de los casos un electrocardiograma fue suficiente para detectar las lesiones, en el 10% fue necesario realizar un ecocardiograma. “Estos resultados descartan la importancia de los ecocardiogramas en la evaluación inicial de los pacientes con infección por T. cruzi”, afirmó Laynez-Roldán.

Los autores señalaron que muchas personas llegadas de regiones altamente endémicas de América Latina, como Bolivia, nunca se habían sumido a la prueba. «Allá la infección está claramente infradiagnosticada incluida en Españauno de los países europeos con mayor cobertura diagnostic”, aconseja la investigadora María Jesús Pinazo.

La mayoría de los casos son mujeres en Edad Laboralreflejo de los flujos migratorios de los últimos años, lo que permite orientar mejor los programas de cribado y prevención.