Nuestro país ha superado el invierno con una excelente nota de sus almacenamientos de gas. Al comenzar la primavera sus depósitos alcanzaban a llenar del 78% del total, frente a la media de la UE del 55.6%. Sólo dos estados, Portugal y Suecia, ambos por encima del 95%, superaban a España. Francia tenía el 28,45%, Italia el 56,87% y Alemania el 63,89%.

Los buenos datos de nuestro país se basan en las importantes infraestructuras que tenemos, con seis regasificadoras, plantas que suman el 30% de toda la capacidad europea. Además, en unas semanas volverá a estar operativo este, el de El Musel (Gijón).

Pero ha habito dos cuestiones que han determinado que los almacenamientos estaban muy llenos. Por un lado, la decisión de la UE de que todos los estatutos se depositaron al 90% el pasado mes de noviembre ante la previsión de lo que se producirá un corte de suministro desde Rusia y por el temor a que hubiera un invierno frío. Por otro lado, el hecho de que finalmente el invierno haya sido mas suave de lo habitualpor lo que la demanda de gas ha caído.

Así, España reduce un 19% su consumo de gas natural desde el pasado mes de agosto y hasta el 28 de febrero, en comparación con el nivel de consumo del mismo período en los últimos cinco años. Considerando el saldo importador del quinquenio, la reducción de la demanda interna alcanzó el 21%, según el Ministerio para la Transición Ecológica.

El consumo mundial de gas disminuyó aproximadamente un 1,6% en 2022, principalmente por el 13% de la demanda en Europa, la mayor de su historia, fruto en plena emergencia para evitar el gas tanto en el sector residencial como empresarial por las dificultades derivadas de la Guerra de Ucrania, según datos del Club Español de la Energía (Enerclub) y la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La demanda europea también se vio afectada por las condiciones climáticas más suaves del invierno pasado, que ayudaron a reducir el uso de calefacción en los hogares.

Por otro lado, el consumo de gas en Asia también se contrajopero unas 2% vienen resultado de los altos precios del gas natural licuado (GNL), las restricciones relacionadas con el Covid en China y unas temperaturas invernales que no han sido frías en Asia.

En cuanto al GNL, el mercado internacional costó 46.111 millones de euros en 2022, en el nivel histórico más alto. Europa fue el principal impulsor del aumento de la demanda de GNL en medio de la reducción de las importaciones de gas de Rusia. Además, las importaciones de GNL de Europa aumentaron un 63% el año pasado. Por el contrario, las importaciones desde China han disminuido un 21% en 2022.

Los precios del gas volverán a someterse

El hueso precio del gas natural, aunque todavía altos según los medios registrados, han caído en los últimos meses. Sin embargo, esto podría cambiar en 2023 una medida que aumente la demanda de GNL en Asia, principalmente en China, confirmó Jean-Baptiste Dubreuil, analista de la AIE.

Según las previsiones de la AIE, la Demanda de GNL de China podría aumentar un 10% este año, por lo que estas previsiones son «muy inciertas». En un escenario alcista, este incremento podría aumentar ligeramente hasta alcanzar el 35% si los precios se reducen y repuntan la actividad económica.

“China es el gran desconocido en 2023. Si la demanda global de GNL alcanza los niveles previos a la crisis, se intensifica la competencia en los mercados globales e, inevitablemente, los precios volverán a sufrir”, dijo Dubreuil.

Sobre este asunto, el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, y el consejero delegado ejecutivo de Endesa, José Bogas, coincidieron ayer en que los precios de la gasolina sufrirán como consecuencia de la guerra en Ucrania y la recuperación de la demanda de China. Reynés, explicó que en 2022 los precios del gas han sido «muy volátiles» influenciados por Rusia, China, el clima y la evolución de los almacenamientos, factores que siguen presentes en 2023 y que se notarán en la segunda mitad del año.