En Bamako, 19 de febrero de 2022.

La pregunta ha estado rondando desde la revelación de su llegada a suelo maliense en diciembre de 2021. ¿Se paga a la empresa privada Wagner, que emplea mercenarios, por su apoyo a los coroneles golpistas? Y, de ser así, ¿cómo se financian las cuotas?

Incluso antes del despliegue de las fuerzas militares, los hombres de Evgueni Prigojine, jefe de la empresa rusa, comenzaron a realizar prospecciones en el campo aurífero, del que Malí es uno de los principales productores de África. Sin embargo, su investigación hasta el momento no ha resultado en la firma de ningún contrato minero, no se ha llevado a cabo ninguna aprobación minera como en la República Centroafricana. ¿Wagner, por tanto, trabajó a pérdida en Mali, ha hecho sus intervenciones en la República Centroafricana, Libia o Sudán financiando este despliegue, considerado más estratégico en la medida en que socava la influencia occidental, en particular francesa?

Un documento oficial de Malí un manifiesto ilustrado varias cancillerías. Fecha 30 de julio de 2022 y «publicado por error» a finales de año, según una fuente occidental, el presupuesto rectificado de la Agencia Nacional de Seguridad del Estado (ANSE), los servicios de inteligencia malienses, revelaron efectivamente un aumento de los gastos de esta estructura puesta bajo la autoridad directa del presidente de la República, Assimi Goïta, y encabezada por uno de los pilares de la junta, el coronel Modibo Koné.

aumento vertiginoso

Las autorizaciones de compromiso de ANSE, inicialmente estimadas en 2.000 millones de francos CFA para 2022 (3 millones de euros), se revaluaron durante el año en 71.400 millones de francos CFA (108 millones de euros). Los créditos de pago, es decir, el límite de gasto posible para cubrir las autorizaciones de compromiso, fijado por su parte en 13 700 millones de francos CFA (21 millones de euros) se han ajustado a 103 700 millones de francos CFA, es decir, un incremento vertiginoso de más de 135 millones de euros en el ejercicio 2022.

“La sobreasignación de presupuestos a instituciones o ministerios que no corresponden a ningún gasto público es una práctica común cuando se quiere disfrazar pagos”, asegurar una fuente diplomática convencido, como otros dos interlocutores de alto rango, de que la financiación de los mercenarios rusos se encuentra en esta línea presupuestaria. Una condena reforzada por el importe del incremento que corresponde, más o menos, al contrato de 6.000 millones de francos CFA mensuales (algo más de 9 millones de euros), mencionado en septiembre de 2021 por la agencia de noticias Reuters, cuando el Estado maliense aún estaba negociando con el grupo de mercenarios. Una suma posteriormente incumplida por el general estadounidense Stephen Townsend, comandante de Africom.

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