A BeiGene no le gustan las etiquetas. En el panorama farmacéutico, la biotecnología, que acaba de lanzarse en Francia en enero, Sin embargo, la comercialización de su primer tratamiento aprobado por la Unión Europea, Brukinsa, se ha convertido, a regañadientes, en un símbolo. El de una China que ya no pretende quedar relegada a un simple papel de subcontratista de la industria farmacéutica y capaz de innovar y brillar en la escena internacional al igual que sus pares occidentales.

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De hecho, en 2021, la biotecnológica fue la primera empresa en obtener la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos para un fármaco anticancerígeno innovador desarrollado en China. Una distinción sobre la que el laboratorio, fundado en Pekín en 2010 por un empresario estadounidense, John Oyler, y un investigador chino, Xiaodong Wang, pero que cuenta con tres sedes (en China, Estados Unidos y Suiza), se mantiene discreto.

“No somos ni chinos ni estadounidenses, sino una empresa internacional. Nuestro lema es: “El cáncer no tiene fronteras, nosotros tampoco” »resumió el ex investigador del Instituto Gustave-Roussy, Ezgi Tasdemir, director general de BeiGene Francia durante dos años.

Reclutamiento de equipos específicos.

El laboratorio se ha especializado, desde su lanzamiento, en el desarrollo de tratamientos contra el cáncer, un mercado conocido por ser lucrativo en caso de éxito, pero donde la competencia global es feroz. Para prevalecer en la batalla, BeiGene ha optado por un modelo contrario al de la biotecnología, internalizando las diferentes etapas del desarrollo de medicamentos. En particular, el desarrollo clínico, la fase en la que se prueba la eficacia de un fármaco en pacientes voluntarios durante grandes ensayos, y que representa, explica Ezgi Tasdemir, “El 90% de los costes de desarrollar un nuevo fármaco en oncología”.

Cette tactique, qui a nécessité le recrutement d’équipes spécifiques (plus de trois mille salariés, sur les dix mille que compte le groupe, sont actuellement affectés à cette tâche), lui permet non seulement de réduire les coûts, mais aussi d’aller mas rapido. Porque, a diferencia de las empresas especializadas en este campo, que muchas veces concentran sus esfuerzos para reclutar pacientes en ensayos clínicos en un puñado de centros hospitalarios de todo el mundo, lo que lleva en ocasiones a esperar hasta dos años para encontrar el número suficiente de voluntarios para comenzar los estudios clínicos, BeiGene no duda en aventurarse fuera de los caminos habituales y ampliar su red para ganar tiempo.

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